Dismenorrea: menstruaciones dolorosas

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La dismenorrea o menstruación dolorosa es una irregularidad de la función menstrual.
Los síntomas pueden ser diversos: calambre en las piernas, dolor pélvico o abdominal intenso, dolor en la parte baja de las espalda (a la altura de los riñones), dolor de cabeza, náuseas, mareos, vómitos, desmayos, fatiga, así como ansiedad, irritabilidad o depresión, es decir, que afecta tanto el estado físico como anímico. En algunos casos, además de los síntomas, se expulsan durante la regla coágulos de sangre. Suele distinguirse entre dismenorrea primaria, presente en mujeres jóvenes, y dismenorrea secundaria, que aparece en mujeres mayores.

 

La dismenorrea primaria tiende a permanecer durante toda la vida de la mujer, si bien, suele disminuir con la edad y tras el embarazo. Según las estadísticas, la sufren entre el 30 y el 50% de las mujeres y suele ser hereditario. Suele producirse en mujeres de entre 17 y 25 años y es poco habitual en edades posteriores o tras haber tenido hijos. En estas mujeres jóvenes, la dismenorrea aparece entre los 6 y los 12 meses siguientes a la menarquía (edad de la primera regla) y no suele ser secundaria a ninguna enfermedad conocida, aunque siempre se debe consultar a su médico.
La dismenorrea secundaria aparece en mujeres de más de 30 años, generalmente a consecuencia de una enfermedad, tal como los fibromas uterinos o la endometriosis, que es debido a un problema con el tejido de revestimiento del útero. Suele aparecer una semana antes de la menstruación, pudiendo aliviarse o empeorar durante la misma, o incluso persistir durante todo el ciclo. Siempre debe consultarse al ginecólogo.

Tratamiento

Estos síntomas pueden ser aliviados mediante el uso de compresas sobre el vientre o tomando un baño en tina con agua tibia. Algunos medicamentos que no requieren prescripción pueden ayudar a aliviar los síntomas del síndrome premenstrual (SPM). Estos medicamentos usualmente combinan antiinflamatorios de venta libre, tales como el ibuprofeno, el ácido acetilsalicílico o el naproxeno, y que pueden ayudar a aliviar estos síntomas. Sin embargo hay que tomar en cuenta el efecto anticoagulante de estos últimos lo que puede prolongar o complicar el flujo menstrual.
El tratamiento hormonal (anticonceptivos) también suele ser efectivo, ya que inhibe la producción de hormonas. Para disminuir los síntomas se aconseja realizar ejercicio de forma regular, disminuir el consumo de tabaco, alcohol y cafeína, aplicar calor a la zona y tomar más líquidos. La comida picante puede aumentar la congestion pelviana, al igual que las grasas y la sal, por lo que hay que evitarlas.

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